Qué son abusos sexuales
El primer paso importante es identificarlo y llamarlo por su nombre. Aunque es difícil enfrentarse a la realidad de lo que sucedió, huir o negarlo no es la solución. No es algo de lo que debas avergonzarte. Tú sabes que no tuviste la culpa, ahora es importante que también lo sientas.
El abuso sexual se produce cuando ha habido cualquier tipo de contacto sexual no consensuado o no permitido por ti.
El individuo que ha cometido el abuso sexual te ha obligado a la fuerza o con amenazas. También hay que entender que el abuso se puede producir una sola vez o de forma repetida pero que en todos los casos, es abuso sexual.
Consecuencias del trauma sexual
Las personas que han sufrido algún tipo de abuso sexual sufren normalmente secuelas en muchos ámbitos de su vida.
Es común después de una experiencia de este tipo sufrir un trastorno de estrés post-traumático, aunque a la larga también se pueden dar otro tipo de síntomas o desarrollar otro tipo de trastornos psicológicos: Miedo a ser tocados, Miedo a la intimidad y a estar solas, Vergüenza, Culpa, Baja autoestima, Problemas de concentración y memoria, Ansiedad, Depresión, Trastornos disociativos, Problemas sexuales y/o Dificultades en las relaciones de pareja, entre otros.
El tratamiento psicológico es importante para la prevención de secuelas asociadas al trauma. Por ello es fundamental que tras haber sido víctima de agresión o abuso sexual, se acuda a un profesional para comenzar una terapia adecuada.
En el desarrollo del camino de la intervención para superar el trauma el profesional realizará un acompañamiento para que la víctima pueda superar este trauma. A continuación aparecen varios conceptos importantes a trabajar:
Entender que no fue tu culpa: La mayoría de las personas que sufren un abuso sexual piensan que fue su culpa, que de alguna forma podían haberlo interrumpido, pero la realidad es que ninguno de esos pensamientos es cierto. Cuando se piensa en la persona de la que se fue víctima, se puede saber que esa persona abusó de su poder ya sea porque era físicamente más grande, tenía mayor edad, había confianza o era una figura de autoridad, entre otras.
Tu cuerpo sigue siendo algo sagrado: A veces se piensa que como nuestro cuerpo fue violado ya no vale nada. Esto también es una mentira, nada de lo que aconteció tiene el poder de disminuir el valor de tu cuerpo. Tu cuerpo necesita sanar, pero como una herida, ésta no durará abierta por siempre.
Encontrar una forma de liberar las emociones: El lidiar con abuso siempre va a traer todas esas emociones con las que no lidiamos en muchos años. Es por eso que tenemos que pensar cómo lidiar con ellas de una forma positiva y adaptativa.
Empezar a explorar la sexualidad en una relación sana y segura: Una sana relación de pareja es el mejor lugar para sanar de un trauma sexual. Haz de tu pareja alguien que te apoye y entienda lo que estás pasando. Deja que tu pareja te enseñe cómo es una relación sexual sana; cómo se ve y se siente, ya que un abuso sexual te da una idea equivocada de lo que son las relaciones maritales. Tómalo con calma hasta donde te sientas cómoda, ten paciencia y con el tiempo será más fácil.
Considerarse una sobreviviente: No se es alguien débil, sino todo lo contrario, alguien increíblemente fuerte que ha logrado sobrevivir de una experiencia que derrumba a muchas otras personas. Ya no se es víctima, sino sobreviviente.