La asertividad es un estilo de relación útil para manejar las situaciones socialmente difíciles, donde la mayoría de las personas se sienten incómodas. Consiste en defender tus derechos, expresar tus opiniones y realizar sugerencias de forma honesta, sin caer en la agresividad o la pasividad, respetando a los demás pero sobretodo respetando tus propias necesidades.

Ser asertivo sirve para exponer a los demás cuáles son tus verdades deseos y necesidades, y para demostrar dignidad, autoconfianza y respeto por ti mismo.

Hacer peticiones desde una comunicación asertiva aumenta la probabilidad de tener éxito ya que se está pidiendo legítimamente que se respete tu punto de vista. Habitualmente es útil para:

  • Dar tu opinión, hacer una petición o pedir un favor a alguien de forma natural y no como si le estuvieras pidiendo que te perdonase la vida.
  • Expresar tus emociones negativas (quejas, críticas, desacuerdos, etc) y rechazar peticiones sin que los demás se sientan heridos o molestos contigo.
  • Mostrar emociones positivas (alegría, orgullo, agrado, atracción) y hacer cumplidos sin parecer demasiado volátil emocionalmente.
  • Iniciar, continuar, cambiar y terminar conversaciones de forma cómoda y sin la sensación de estar ninguneando o faltando al respeto a nadie.
  • Resolver los problemas cotidianos antes de que aparezcan emociones negativas como la ira y el enfado y la situación se descontrole.

 

ALGUNOS DE NUESTROS DERECHOS ASERTIVOS:

  • Tú tienes derecho a hacer una crítica y expresar lo que te disgusta de los demás.
  • Tú puedes no atender a una crítica si consideras que es injusta o falsa.
  • Tú puedes negarte a una petición cuando la consideres inadecuada.
  • Tú tienes derecho a decir NO correctamente sin herir los sentimientos de los demás
  • Tú no estás obligado a hacer lo que los otros quieran si eso te perjudica.

 

ALGUNOS DE LOS DERECHOS DE LOS DEMÁS:

  • Los demás también pueden expresarte una queja por tu comportamiento.
  • Los demás pueden No atender tu crítica cuando sea injusta.
  • Los demás pueden negarse a tus peticiones si las consideran inadecuadas, pero sin fastidiarte.
  • Los demás no están obligados a hacer lo que tú les digas. Puede que sea inadecuado para ellos. Los mismos derechos que tú tienes, los tienen los demás.

 

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