Las investigaciones realizadas en torno a este asunto revelan que, cuando se trata de no decir la verdad, las motivaciones infantiles no difieren mucho de las de los adultos.
Las razones más señaladas por los especialistas son:
- Frustración. Un ejemplo de esto es el menor que cuenta que tiene muchos juguetes porque en realidad tiene muy pocos.
- Llamar la atención. El pequeño emplea estos embustes para captar la atención del adulto, en ocasiones, porque se siente desatendido.
- Exceso de exigencia. Poner el listón muy alto a los niños puede provocar que mientan para hacer creer a sus padres que están al nivel que les exigen y no defraudarles.
- Imitación. Un menor que ve cómo la mentira es utilizada por los adultos para obtener algún beneficio tiende a imitar estos engaños.
- Miedo al castigo. El temor a la reprobación o reprimenda por parte de un adulto es uno de los principales motivos de la mentira infantil. Los pequeños falsean la realidad para evitar los posibles castigos.
Pero, cómo podemos ayudarles a no mentir y a decir la verdad.
- Explicarles las ventajas que tiene decir la verdad. Así como también hay que hacer visible y que comprendan el efecto que su mentira tiene sobre los demás y sus consecuencias.
- Los castigos deben ser bien medidos y adecuados. Si siempre son demasiado severos, la tentación de no decir la verdad para evitarlos será mayor.
- Ser el ejemplo de los niños. No mentirles ni pronunciar falsas promesas.
- Reforzar la autoconfianza del niño para evitar que mienta para buscar la aprobación de los adultos. Ante las mentiras ligeras, lo más adecuado es ignorar y seguir fomentando la sinceridad.
- Darle la oportunidad para corregir la mentira, aunque esto implique un castigo. Los padres deben reforzar la valentía que muestra al decir la verdad.
Por lo tanto, lo fundamental para evitar la mentira en los niños es la sinceridad. Los niños necesitan un ambiente en el que se sientan libres, tranquilos y relajados. El entorno familiar y escolar debe favorecer la buena comunicación.
