Ante la crisis sanitaria que estamos viviendo, si nos ha coincidido en el tiempo con nuestro proceso de embarazo, parto o posparto, el escenario puede ser un poco más complicado de gestionar. En el blog de hoy, queremos hablaros de los diferentes tipos de posparto que hay, de los cambios psicológicos que ocurren en el cerebro de la madre, y proporcionar algunas claves para sobrellevar mejor la cuarentena en la cuarentena.
El posparto inmediato, es el periodo que recoge las primeras 24 horas después de haber nacido el bebé.
¿Cómo podemos sentirnos durante estas primeras 24-48 horas? En el momento de dar a luz, nuestros niveles de oxitocina y los de nuestros bebés, son los más elevados que tengamos nunca. El hecho de que se activen determinadas áreas del cerebro y se produzca la liberación de dopamina, oxitocina y catecolamina, va a hacer que estos episodios queden bien grabados en nuestra memoria, que sintamos preferencia por el bebé, que nos guste tenerlo e interactuar con él, y que estemos atentas a las necesidades que puedan tener.
¿Qué podemos hacer para sobrellevar mejor nuestra estancia en el hospital?
- Ajustar realidades. Existe una relación entre tener expectativas elevadas sobre algún acontecimiento y síntomas de estrés postraumático si la realidad se aleja de lo que yo esperaba. Debemos tener cuidado con idealizar el momento de conocer a nuestro bebé, cómo creo que serán mis sentimientos hacia él nada más verlo o tenerlo en brazos, ya que no todas las mamás sienten ese “amor a primera vista” que muchas cuentan, y si nos ocurre podemos empezar a generar emociones negativas como tristeza, frustración, culpa, impotencia o decepción. Es normal que tengamos sentimientos encontrados o ambivalentes, que por un lado esté feliz por tener ya a mi bebé en brazos, y por otro sólo tenga ganas de llorar o de estar sola… entender que estas cosas nos ocurren a muchas, nos ayuda a normalizar y validar emociones.
- Mucho contacto. Intentar tener el máximo tiempo posible al bebé encima, para asegurar un ben agarre a la lactancia, y aunque hayamos decidido no dar pecho, totalmente respetable, pero intentar dar el biberón como si diéramos pecho, ya que las propiedades afectivas de la lactancia materna son más importantes que las nutritivas: tener al bebé muy cerquita para alimentarlo, mirándole a los ojitos, escuchando nuestra voz, sintiendo que nuestro brazo lo abraza… Las hormonas implicadas en la lactancia son la prolactina, que es la hormona más racional, la que agudiza el oído y se encarga de generar leche según demanda el bebé, nos protege del estrés y nos hace funcionar bien aunque durmamos menos… y la oxitocina, que es la hormona más emocional, la que aumenta nuestra sensibilidad, hace que baje la leche de inmediato cuando el bebé llora, o incluso con sólo pensar en él, y hace que vayamos queriendo más y más de nuestro bebé.
- Descansar todo lo que pueda. Los bebés cuando nacen no entienden de dormir del tirón, no tienen desarrollados aún los ciclos de sueño de día-noche, pero existe una relación entre el descanso materno y la salud mental, ya que si dormimos poco, empezamos a tener más pensamientos negativos, y pronto puedo empezar con estados de ansiedad, estrés, irritabilidad, obsesión, depresión…
- Gestión de las visitas / aceptación de la situación. De normal este punto suele ser difícil, pero en la situación en la que nos encontramos ahora, incluso nos puede beneficiar. Dada la situación en la que nos encontramos, no tenemos que preocuparnos por gestionar visitas, pero es posible que las echemos en falta… es posible que nos sintamos tristes o melancólicas por no poder compartir estos momentos con mis familiares o amigos más cercanos, pero vamos a pensar que es sólo cuestión de semanas, y que en realidad, en estas semanas podemos beneficiarnos de compartir tiempo la unidad familiar.
- Filtrar y responder a comentarios. Aunque no tenga visitas, igualmente estamos en contacto con otras personas, con profesionales del hospital y con familiares y amigos a través de pantallas. Es frecuente que todos opinen y quieran aportar algún consejo o recomendación, pero es importante que esto no nos desestabilice. Lo ideal sería que escucháramos todo lo que nos dicen ya que igual tienen razón en alguna cosa que no habíamos contemplado, pero descartar la parte en la que no creamos que tengan razón o no va con nosotros. Para ello nos puede ayudar la técnica del banco de niebla. Se trata de una técnica asertiva para no entrar en discusiones, pero tampoco contestar de forma inadecuada ni dejar que ese comentario nos afecte o nos haga cuestionar si lo estamos haciendo bien o no… consiste en “dar la razón” a la parte del comentario que creamos que pueda tenerla, pero sin hacer caso de la otra parte. Por ejemplo, si nos dicen “si no le pones guantes se arañará la carita”, podemos contestar “sí, si no le pongo guantes se puede arañar la carita” pero no le pongo guantes si no creo que se los deba de poner.
El posparto precoz y tardío, serían las primeras semanitas desde que nos dan el alta y nos vamos para casa, lo que llamamos la cuarentena.
¿Qué cambios se producen en el cerebro de la madre en esta etapa? Se produce una bajada brusca de todas las hormonas que habían ido aumentando durante el embarazo, y además aumentan los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés, que nos predispone para que estemos más alertas por si le ocurre algo al bebé. Estos cambios químicos del cerebro, sumados a los factores sociales y culturales, puede hacer que presentemos más cansancio e insomnio, que experimentemos alteraciones a nivel cognitivo estando más lentas y desconcertadas de lo habitual, y sobre todo alteraciones a nivel emocional, presentando sentimientos ambivalentes, y la llamada “melancolía posparto” o “maternity blues”, que se caracteriza por llanto fácil, irritabilidad y sobrecarga emocional, es muy frecuente, suele durar unas 3 semanas y no es grave, pero debemos estar alertar por si estos síntomas van a más o si se alargan más de un mes, donde ya podríamos estar hablando de una depresión posparto, tiene mayor gravedad y precisaría de terapia psicológica y puede que también farmacológica.
Veamos pues qué podemos hacer para sobrellevar mejor esta cuarentena y prevenir una posible depresión posparto:
- Permitirnos experimentar momentos de bajón. Entender que es normal que sintamos esta melancolía posparto, aceptar esta emoción esperando que en pocas semanas vaya pasando y todo empiece a fluir.
- Plantearnos pocos objetivos al día. Sólo con las horas de calmar y alimentar al bebé, y cambios de pañal, se pasan muchas horas al día, así que plantearnos poquitas cosas más, y recordando que ahora nos cuesta más hacer cualquier cosa.
- Dormir todo lo que podamos. Es mucho más importante nuestro descanso para poder estar bien y cuidar a nuestro bebé, que las tareas domésticas, da igual tener la casa algo desastrada… y más ahora que no vamos a tener visitas.
- Cuidarnos, alimentarnos bien, ducharnos, seguir nuestras rutinas y hábitos saludables va a ayudar a que psicológicamente también nos encontremos más sanas y equilibradas. Además, debemos recordar que la autoimagen, la forma en la que nos vemos, influye mucho en nuestro autoconcepto y nuestra autoestima, y por tanto va a determinar si nuestro ánimo va aumentando o disminuyendo.
- Comunicarnos con nuestra pareja. Comprender que en realidad somos un equipo, y que los dos estamos sufriendo esta “crisis de transición” y por tanto tenemos que adaptarnos a la nueva circunstancia, y que esta crisis tiene implicaciones en nuestra relación de pareja en cuanto a roles, tiempos para compartir, relaciones sexuales… pero que si lo abordamos de forma adecuada, comunicando cómo nos sentimos y qué necesitamos para estar mejor, conforme pasen los meses nos sentiremos más unidos y comprendidos.
- Regular expectativas. Evitar idealizar y tener una mente cerrada sobre nuestro rol como madre, qué cosas había dicho que no haría y ahora estamos haciendo… así como idealizar el rol de nuestra pareja como padre. Debemos intentar ser mentalmente más flexibles y adaptarnos al día a día conforme vaya aconteciendo.
- Compartir nuestras vivencias y emociones. Es bueno que nos desahoguemos, que expresemos lo que sentimos, a nuestra pareja, a nuestros familiares y amigos más cercanos… o incluso que vayamos escribiéndolo en un diario, ya que el poner palabras a lo que sentimos, estamos ayudando a aceptar, relativizar y regular nuestras emociones.
- Dedicar un ratito para nosotras. Los primeros días lo vamos a encontrar imposible, pero conforme pasan los días estaría bien que tuviéramos nuestros momentos de “kit-kat”, para poder ducharnos, hacer una siestecilla, practicar algún hipopresivo, leer algo que nos guste…
- Acudir a grupos de madres, talleres de lactancia, clases de posparto, cursos de masaje infantil… algunas de estas cosas igual no podemos asistir presencialmente hasta más adelante, pero sí podemos estar conectadas vía online con otras personas que estén pasando por situaciones similares, que podamos compartir experiencias, que nos sintamos entendidas y que sigamos aprendiendo sobre maternidad y crianza.
- Seguir manteniendo mucho contacto con el bebé. Lo que más necesita un recién nacido y su madre, es disfrutar de su merecidísimo y hermoso puerperio, y cuanto más podamos maternar, mejor sobrellevaremos esta situación. Nos va a ayudar mucho mantener todo el contacto que podamos, hablarle, mecerle, cantarle, abrazarle, acurrucarnos horas y horas a su ladito. Y más en esta situación, en la que “evadirnos” de todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor nos protegerá de aquello que ahora mismo nos resta fuerza y energía para nuestro momento. Saquemos el lado positivo de la crisis sanitaria que estamos viviendo, y es que el no poder recibir visitas, unido a la oxitocina que tenemos nuestros bebés y nosotras, podemos disfrutar más de este tiempo lento, calentito y afectivo entre nosotros.
Esperamos que podáis disfrutar de este espacio íntimo y único entre vosotros, y que os pueda servir como amortiguador para la situación que estamos viviendo, y que os dé mucha fuerza para afrontar la maternidad y la crianza.