- Nunca desacreditar a tu ex pareja delante de sus hijos, ya que ellos se sienten en el medio y con la crítica puede dañarse su autoestima.
- No utilizar a tus hijos como mensajeros entre vosotros. Cuanto menos se sientan ellos parte de la pelea entre sus padres, mejor entenderán la situación.
- Tranquiliza a tus hijos haciéndoles entender que ellos no tienen ninguna responsabilidad en la separación. Muchos de ellos asumen como propia las causas de la ruptura.
- Anima a tus hijos a que quieran estar con el otro padre. Haz todo lo posible por facilitar las visitas. Ser flexibles entre vosotros.
- En cada paso de tu divorcio, recuérdate a ti mismo que tus intereses no son los de tu hijo, por lo que no debes incluirlos en ninguna negociación.
- Tus hijos pueden ser estímulos a actuar como “corresponsales” en la casa del otro padre. Trata de no pedirle que te cuente nada que no sea del interés de ellos. Deja a tus hijos ser niños/as y no los metas en las disputas con tu ex pareja.
- Si consideras que no puedes asumir el proceso de separación con calma y ser responsable de tus actos, pide asesoramiento psicológico. Tus problemas pueden trasladarse a tus hijos, complicándoles aun más el poder enfrentarse con éxito a la nueva situación.
- En caso de que el acuerdo de la custodia sea que tienes que pasar la manutención a tus hijos, hazlo de forma mensual y sin interrupciones.
- Si por el contrario, te encuentras en el caso de que no te pasan la manutención no traslades el enfado a tus hijos. Esto alimentará en ellos el sentimiento de abandono y los pone en situaciones muy difíciles de gestionar.
- Dentro de lo posible, no realices demasiados cambios en la vida de tus hijos. Si además de la separación tienen que cambiar de residencia y de escuela, tardaran mucho más en superar la separación de sus padres y adaptarse a la nueva situación.