Bullying es agredir o humillar a otra persona de manera repetida. Este maltrato deliberado y continuado, puede darse de forma física (empujando, pegando…), verbal (insultando, haciendo burlas, poniendo motes…), virtual (a través de las redes sociales u otras tecnologías; lo que conocemos por ciberbullying), y social (ignorando a alguien, divulgando rumores, aislarlo del resto…).
Suele estar provocado por un alumno, apoyado por un grupo, contra otro niño/adolescente. Las víctimas suelen ser niños más vulnerables, posiblemente por ser diferentes en la forma de vestir, por tener sobrepeso, por presentar alguna discapacidad, ser más estudiosos, ser muy tímidos, y otros aspectos físicos o raciales.
Es habitual entre niños y adolescentes que se realicen “bromas” y juegos bruscos o peleas de forma esporádica. Consideraremos que se trata de bullying cuando haya intencionalidad en la agresión, cuando exista desigualdad real o subjetiva entre agresor y víctima, y cuando la agresión se repita a lo largo de un tiempo contra la misma víctima sin motivo alguno.
El acoso escolar conlleva una serie de consecuencias, no solo para la víctima, sino también para el agresor y para los testigos de la situación. A continuación, aparecen algunas consecuencias para los implicados en la situación de bullying:
¿Qué consecuencias sufren las víctimas?
- Desencadenan una baja autoestima, autoconcepto negativo, inseguridad, pérdida de confianza en sí mismos y sintomatología depresiva.
- Experimentan emociones de forma intensa como rabia, frustración, temor y culpa.
- Desarrollan fobia escolar, incluso puede que ausentismo, lo que puede llevar a disminuir el rendimiento escolar.
- Manifiestan altos niveles ansiedad, insomnio y pesadillas, y otros problemas de salud.
- Desconfían en las relaciones sociales, presentan dificultades para comunicarse con sus iguales.
- Pueden recurrir a la violencia como forma de defenderse.
- Desconfianza en los adultos por si intervienen de forma inadecuada.
- Se sienten avergonzados por su situación, con lo que tienden a negarla.
¿Cómo afecta el bullying a los agresores?
- Hacen uso de la fuerza o el poder para acosar deliberadamente a otro, lo que hace que se involucren en peleas.
- Disminuye su capacidad de comprensión moral y de empatía, así como su capacidad de autocrítica.
- Tienen escasas habilidades sociales, su situación social es negativa, suelen ser rechazados aunque en menor medida que las víctimas.
- Aprenden de una forma distorsionada cómo obtener sus objetivos. Encuentran el camino de la agresión y violencia como forma de resolver sus problemas. Expresan sus dificultades sociales o familiares humillando a otros.
- Actúan de forma impulsiva y tienen baja tolerancia a la frustración.
- Pueden trasladar la agresión a otros ámbitos, y sus actitudes son precursoras de una conducta delictiva. Pueden presentar dificultad para cumplir las normas.
- Su rendimiento escolar suele verse afectado.
¿Qué pasa con los testigos?
- Observan y refuerzan modelos inadecuados de actuación entre iguales, muchas veces actuando pasivamente ante el bullying.
- Se acostumbran a los abusos produciéndose una desensibilización, lo que acaba desarrollando una falta de sensibilidad ante el sufrimiento de los otros.
- No aprenden adecuadamente sobre cómo comportarse ante situaciones injustas, no saben cómo intervenir, y no expresan su desacuerdo o compadecimiento por la víctima.
- Tienen temor a ser las próximas víctimas y esto puede hacer que en ocasiones se sumen a las agresiones.
- Desconfían en los adultos por una posible inadecuada intervención.
El bullying es un problema grave que afecta a millones de estudiantes en todo el mundo y perjudica a todos los involucrados. Muchas veces, permanece invisible para los familiares al darse en el ámbito escolar. Suele mantenerse debido a esta ignorancia o a la pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las víctimas sin intervenir directamente. Es posible prevenir y actuar frente a este problema, estableciendo una comunicación de calidad dentro de la familia y una relación entre la familia y la escuela.
Fuente:
www.bastadebullying.com
www.universia.es