Muchos son los padres que acuden a consulta con la pregunta de cómo ayudar a sus hij@s adolescentes. La adolescencia es una etapa de muchos cambios (tanto físicos como psicológicos), entre ellos, empiezan a: ser más autónomos, experimentan grandes cambios hormonales y sus intereses con sus iguales aumentan. Son muchos los niñ@s a los que durante su infancia se les puede calificar como buenos estudiantes, y que cuando llegan a la adolescencia comienzan a mostrar signos de bajo rendimiento escolar: bajas calificaciones, descenso de la motivación, falta de interés por la escuela…
¿Qué pueden hacer los padres en esta situación?
- Hablar y escuchar. Aunque a veces resulta difícil hablar con un adolescente, hay que mantener la calma, desarrollar la capacidad de escucha y no dejarse llevar por la ansiedad, el enfado o el miedo. Establecer un buen cauce de comunicación con los hijos es la base para tratar de resolver juntos los problemas.
- Averiguar qué es lo que pasa. Si existen problemas físicos que puedan estar afectando al rendimiento: fatiga, problemas de alimentación, trastornos del aprendizaje no detectados hasta el momento…, o problemas de interacción social: acoso de otros compañeros, conflictos con el profesor, excesiva “presión académica”…Para ello hablar con los profesores y/o orientadores del centro puede ser de gran ayuda.
- Interesarse por los gustos y aficiones de los hijos. Si les gusta la música, el baile, algún deporte…, permitir que tenga un tiempo y espacio para desarrollar sus aficiones, controlando también que se mantenga el compromiso de cumplir con las obligaciones escolares.
- Más flexibilidad y menos autoridad. La disciplina no está reñida con el afecto ni con el diálogo. Una actitud empática y flexible favorecerá siempre el diálogo y la búsqueda de soluciones pactadas.
- Hablar sobre su “plan de vida”. Conversar acerca de su vocación, de sus planes de futuro y buscar información al respecto. Plantearse unos objetivos a medio y largo plazo que le ayuden a reflexionar acerca de los pasos a seguir y apoyarles para poder alcanzarlos. En el proceso de búsqueda de la identidad típico de la adolescencia, también se incluye el saber “qué quiero hacer”, y tener momentos de duda y desconcierto es un proceso normal en esta etapa.