Cuando nuestros hijos llegan a la adolescencia se empiezan a preocupar por su aspecto físico y por lo que los demás pensarán de ellos, algo que hasta ahora no les había supuesto un problema.
Estas nuevas preocupaciones hace que más del 10% de las chicas jóvenes padezcan algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria, siendo un porcentaje algo menor el que encontramos en los chicos.

Los principales trastornos son anorexia, bulimia y atracones. Pero ¿cómo podemos saber si mi hijo adolescente está sufriendo uno de estos trastornos? En primer lugar tenemos que prestar atención a las señales de alerta, que son las siguientes:
– Restricción voluntaria de alimentos con alto contenido calórico
– Disminución o exceso del consumo de agua o líquidos
– Conductas extrañas relacionadas con el hábito de comer: comer de pie, cortar los alimentos en trozos pequeños, al acabar buscar pretextos para ponerse en movimiento, etc.
– Aumento de la actividad física o incluso ejercicio compulsivo
– Aumento de las horas de estudio
– Disminución de las horas de sueño
– Irritabilidad y cambios de humor
– Síntomas depresivos
– Preocupación excesiva por el peso
– Trastorno de su imagen
– Negación de sensaciones de hambre, sed, sueño y fatiga
– Desinterés por actividades de ocio
– Almacenamiento de comida en distintos lugares
– Consumo intensivo de chicles sin azúcar
– Consumo excesivo de tabaco para disminuir la ansiedad de comer
– Rechazo a las comidas sociales
– Vómitos autoprovocados
– Disminución del rendimiento escolar
– Negación de la enfermedad
– Dificultad de concentración y aprendizaje
– Sensación de culpabilidad
– Baja autoestima
– Intensa vida social con intervalos de aislamiento

Es necesario poner solución a estos problemas cuanto antes, para poder prevenir los problemas de salud que acarrean estos trastornos en la persona que los está sufriendo. Intente hablar con su hijo, es algo complicado pero necesario. Él/ella necesita saber que tiene el apoyo de sus padres y de su entorno y de que tiene solución éste problema y el resto de cosas que le estén preocupando. La adolescencia es una etapa llena de cambios que a veces les puede sobrepasar y no saber cómo actuar.

En estos casos, los padres son un pilar fundamental para la recuperación de sus hijos, siendo un modelo a seguir en casa, enseñándoles a comer de manera saludable, ayudándole a aumentar su autoestima y mejorar su autoconcepto y sobre todo escuchándole, a veces es lo más importante.
Si ha detectado alguna de estas señales de alerta en el comportamiento de su hijo/a busque ayuda cuanto antes, ya sea con su médico de familia o ayuda psicológica.

 

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