En pocos años, la separación y el divorcio se han convertido en un fenómeno de gran importancia social en nuestro país. Cada año, el número de divorcios aumenta y todo indica que esta tendencia incrementará con el paso de los años.

En las últimas décadas del siglo XX el modelo de familia tradicional, donde hay dos progenitores, uno de cada sexo, viviendo como una unidad familiar independiente; donde las tareas familiares se dividen entre ambos, el padre se ocupa de trabajar fuera de casa y es responsable de la economía familiar, y la madre es la encargada de la casa y los hijos va quedando obsoleto. La sociedad se encuentra en un cambio constante y dio paso a una nueva generación donde la familia nuclear se diversifica en cuanto a su estructura y composición, así como en cuanto a los lazos existentes entre sus miembros. Como parte de esta diversidad pueden citarse las familias monoparentales, parejas de hecho, divorcios y separaciones, las familias formadas después de la ruptura de una unión familiar previa, las parejas homosexuales, etc.

Durante años, la separación y el divorcio han sido considerados como la última opción posible para una pareja rota. Se consideraba que la ruptura es la que conllevaba consecuencias traumáticas en los hijos y no se tenía en cuenta lo perjudicial que resultaba para ellos crecer viendo como sus padres discutían.

Las consecuencias de la separación y el divorcio dependen de manera muy significativa de cual sea el contexto en el que la ruptura se produce. No es lo mismo el mutuo acuerdo tras un progresivo enfriamiento de relaciones, que la confrontación continua.

Pero, ¿Qué pasos se deberían seguir para comunicar la ruptura a los hijos?

  • Es importante que a los hijos se les presente la ruptura como una decisión conjunta.
  • El niño tiene que ser informado. No dramatizar ni mostrar comportamiento victimistas.
  • Al niño no se le informa de los conflictos de fondo que la pareja tenga o que motiven su separación.
  • Hay que explicarles que han decidido vivir separados y que él no tiene nada que ver en esta decisión.
  • Es conveniente decir que les ha llevado mucho tiempo decidirse y que están seguros que es lo mejor para todos; por tanto, no es modificable.
  • Informar al niño de quién se irá de casa y con quién va a vivir.
  • Tan importante es lo que se dice como lo que no se dice.
  • Es importante dejar claro que no hay un bueno o un malo, que no hay víctimas ni culpables.
  • Es mejor que el adulto no fomente fantasías mintiendo sobre la realidad de la separación y creando una situación ficticia de pareja.
  • Aclarar al niño que se extingue el vínculo de la pareja, pero no el vínculo padre-hijo.

Si no se sabe cómo abordar este tema sería recomendable el solicitar la ayuda de un especialista que puede evaluar el caso en concreto y dar unas pautas más personalizadas a los padres  en función de la situación concreta de la familia y la edad de los niños sobre qué pasos a seguir al comunicar esta noticia.

 

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